Hay días que no quiero ir a la mina
Hay días que solo un suspiro me lleva a la parada del bus, como un zombi voy queriendo que ese día fuera irreal, y que el halo de realidad no llegue a buscarme; siento que llevo el peso de miles de toneladas de saca en los hombros; pero estoy ahí contra todo, ahí para desplomarme en los asientos diarios de una rutinaria partida, para sumirme en el profundo sueño del trayecto, en esa inconsciencia que me eleva a cada minuto, a una parada sin retorno… a pesar que no quiero hoy día vestir mis atuendos de minero; !Porque simplemente hay días que no quiero….¡