Víctor Navarro Molinas
Víctor Navarro Invierno. Frío. Al salir del abrigo de nuestras casas para tomar el bus esa madrugada se adivinaban en lo alto los negros nubarrones que ocultaba la noche aún. Nadie imaginó que encerraban un presagio. Llegamos a la mina como siempre, entre tiritando de frío, unos echando pericos por cualquier cosa, otros cantando, otros comentando fútbol y los machitos cachiporreándose de alguna conquista. La nombrada del día para los topó grafos fue chequear el cráter de la mina, cómo éste venía bajando y la subsidencia. Con las herramientas al hombro los ganchitos y yo partimos al cruzado que nos asignaron. Mi trabajo en la quebrada Teniente consistía en partir piedras con la maza y hacer correr la buitra con el pinocho levantando la tabla cortadora de saca. Mientras tanto los topógrafos comenzaron a recorrer los niveles chequeando la subsidencia y la ley de las piedras que venían bajando