CERRO HUNDIDO


  

 ¡¡Se está hundiendo el cerro!! Gritaron. Me convertí en un signo de interrogación de pies a cabeza. ¿Hundiendo el cerro, pero cómo?? ¡No puede ser! Se lo estará tragando algo, me dije y eché a volar mi fantasía al mejor estilo Julio Verne. Escuché al Orrego, ¡Ya cabritos vamos a ver como lo levantamos!… Quéeee dije yo ¿Levantar un cerro entre cuatro? ¿Creerán que somos los 4 fantásticos?? ¿Estarán cagaos de la cabeza? Y las órdenes iban y venían. -Llevaremos estas tablas y los palos de 11x11 decían por un lado,  -Y estas otras para el sombrero, -Unas tablas agujas para cortar la saca, gritaba otro…
            Y yo seguía a los demás solo por inercia e imaginando el cerro con sombrero, y en una de esas, se les ocurría también ponerle smoking y bastón al mejor estilo gringo…
            Hay que reconocer que la eficiencia es de primer nivel. Yo era aún un guarén, o sea relativamente nuevo en el trabajo de minero y había faenas desconocía.
            Les pusimos manillas a los palos de 11x11 y nos dispusimos a la titánica tarea de trasladarlos….al cerro hundido.
            Efectivamente, donde había un túnel, estaba tapado con piedras. Había una buitra que salvar, entonces fue titánica la labor de parar palos y hacer un marco,  colocando una tabla abajo para evitar que se juntara y otra arriba para el sombrero. Y yo todavía imaginándome el cerro como un señor encopetado.
            Despejamos el túnel, a cada 3 metros más menos, se instalaba otro marco, repitiendo el paso de colocarle manillas a esos monstruos de 11 x 11 y entremedio de las piernas se levantaban y empujaban hacia adelante, como si caminara, hasta llegar a la postura. Cuando nos tocaba colocar el sombrero colocábamos un palo abajo votado como peldaño, levantábamos el madero y con la cabeza me ayudaba para que quedara en posición “sombrero”, que al final, resultó ser el travesaño.
            Al sacar el material veíamos que el túnel quedaba caceroleado hacia arriba, haciendo como una catedral. Entonces de los marcos debíamos cortar durmiente y colocarlos unos horizontales otros verticales como en el juego de palitos en torre o jenga, hasta topar arriba con el cerro, esto permitía a sujetar la roca y si el cerro comenzaba a hundirse apretaba la madera esta crujía o se quebraba y daba aviso para apretar cuea, Porque cuando el cerro se hunde... ¡¡A salvarse mierda!!
            Así que después de varios días levantamos el cerro hundido…y aprendí qué crestas era ponerle sombreo a la gueá.
            Todos los días algo se aprende ¿O no ganchito, qué dice usté??….




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