YO CONFIESO.-
Yo soy el culpable de tanto desastre, lo admito.
Yo enriquezco a los empresarios de Chile comprando
todo lo que producen en sus celulosas y sus barracas.
Sin importar que ellos para venderme sus productos,
arrasen con los bosques nativos y
Saber que se coluden para cobrarme más
Es más, mis necesidades de comodidad, que la
conciencia social.
Admito que soy uno de los culpables de que hagan cada
día más centrales hidroeléctricas,
ahogando miles de hectáreas de bosques. Pues en
casa tengo más de una veintena de artefactos eléctricos.
Si, también soy culpable de ir al supermercado cada
día a comprar todo congelado, rotulado, con preservantes y tantas cosas que para mí son fatales…
Sin tomarme la molestia de plantar una mísera lechuga en casa.
Soy culpable de criar a mis hijos bajo la premisa del
consumismo, zapatillas caras, ropa de marca,
Teléfonos de 600 mil pesos y toda la tecnología que
solo los entretiene sin aportarle nada a su educación. Sí, soy culpable.
De no compra productos en envase de vidrio reciclable,
de llenar de bolsas plásticas el mundo, de comprar pañales desechables por comodidad.
Yo si soy culpable… por querer vivir con comodidades
que matan este planeta.
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