tres días de lluvia
TRES DÍAS DE LLUVIA.-
En el frente de lluvias que se avecinaba, estaban anunciados por lo menos 150
mm de agua. El grupo 3 estaba en su última jornada de noche y esperaban que no
nevara para que no se atrasa la entrada del turno siguiente y en vez de llegar
a las 10 de la mañana de regreso, fuera a medio día, restando horas al descanso
ya que el próximo turno es de tarde al día siguiente.
A entrada de turno, el Coordinador pasó lista a la gente
que asistió a mantención, electricistas de Ferrostal y personal de chesta, señales.
Él también deseaba que el último turno fuera tranquilo, ya que por lo general
sucede algo, que hace que sea el turno en que más se trabaja, como si fuera una
regla tácita.
Los trenes comenzaron a sacar la saca, los buzones trabajaban
normalmente, todo funciona como relojito se dijo el
Coordinador sobándose las manos lleno de optimismo. Pero eso duró 2 horas nada
más.
Un llamado por radio dio aviso que el compresor de la locomotora 351 se paró.
Procedió a marcar el número del taller de electricidad para avisarle que fueran
al XC5 a esperar la locomotora y ver si se podía reparar, también los
electricistas le avisaron que la locomotora 353 estaba en mantención por el
pintado del tablero y que estaban esperando que se secara. El Coordinador
siguió haciendo papeleos a la espera que le avisaran que problemas le
arrojaba la 351. Media hora después avisaron que el compresor
estaba sin aceite y se veía contaminado, lo iban a rellenar con aceite y
realizarían pruebas. También debían cambiar la correa del compresor que se veía
dañada, el Coordinador decidió ir al taller a ver en terreno cuan grave era el
problema. En el camino se topó con los electricistas que iban a buscar el
aceite, y regresó para pasarles las llaves de la aceitera, al llegar a la
nave, más problemas, recibió otra llamada informando que la locomotora 352 al
poner el primer punto, sus resistencias se ponían al rojo vivo. Resultado, 3 de
4 locomotoras fuera de servicio. Preocupante. Habló con los de electricidad y
se decidió a entregar la locomotora 353 aunque la pintura no estuviera seca, y
se lo informó al jefe de ferrocarril, luego se las enfiló al XC 3 donde estaba
la 353 para colocar sus tapas, cerrar sus puertas , colocar el asiento y
tenerla lista para que se la llevaran, también había que sacar los candados de
los botaderos de la línea, cambios, y ver la energía de los talleres, así que
comenzó a caminar lo más rápido que pudo, pues el ferrocarril al sacar la 352
se quedaba con un solo tren sacando saca. Tampoco habría equipo de limpia en
caso que se ensuciara la línea. A esas alturas se cumplía la regla: Lo que no
había pasado en la semana estaba pasando en el último turno. El coordinador
tiraba las manos preocupado, caminaba a buscar las llaves, los electricistas
habilitaban la 353, llegó la 352, se tuvo que hacer enroque ya que la 351 se
encontró con más problemas y su reparación era más complicada, así que al Xc
352 sacar la 351 y esa al XC3. Para colmo la pluma estaba estacionada en
la entrada del XC3 (máquina para levantar los rieles con un brazo móvil como
una pluma)
Al cabo de
una hora se entregó la locomotora 353, quedaron las locomotoras en sus respectivos
talleres y se podía empezar a trabajar en las resistencias de la 351. El
Coordinador se fue transpirado a la oficina a tomar un café, ya que había
pasado la hora de choca 4.35 de la madrugada, los electricistas trabajaban en
la 352 y los del ferrocarril ya tenían armado el tren 2. Todo volvía a la
normalidad, hasta que sonó el teléfono el jefe de turno anunciando que habían
habido dos deslizamientos de tierra con la lluvia a 2500 metros, lo que nunca
había sucedido, puesto que a esa altura, solo cae nieve, y que la sub
estación Colina estaba en alerta amarilla, lo cual significaba que los 60
ciclos podían caer y dejar sin energía al nivel. El Coordinador bebió el ultimo
sobro de café y comenzó a transmitir la información a los jefes de los
ferrocarriles Norte y Sur… Todos destacaban que no podía ser de otra manera,
tenía que quedar la cagada en el último día.
El
coordinador se preguntaba a qué hora se produciría el corte de energía,
para no dejar los trenes adentro con el personal, y abrir cachete antes de que
se cortara la energía en el 4sur, porque no podrían salir en la jaula.
En la norte también no sería bueno que el corte de energía los pillara con los
trenes en la mina y el personal tendría que salir a pie a punta de rieles, pero
nadie tenía la certeza y nadie decidía si se paraba el ferrocarril, también el
Coordinador alertó a su personal de mantención para que estuvieran atentos en
sus talleres sin salir a terreno. Todos con el presentimiento de que la
salida estaba mala.
Cerca de las 6 de la mañana cayeron los 60 ciclos y quedó el nivel a oscuras,
los trenes sin energía y la jaula detenida. Ya era definitivo, se saldría muy
tarde. Por suerte los teléfonos funcionaban y el jefe de turno da las noticias
de última hora: La sub estación está con serios problemas, así es que la
energía no volverá en un buen tiempo. El camino estaba cortado en 4 partes, se
estaba trabajando en él pero seguía lloviendo copiosamente afuera de la mina y
sobre los 2.000 metros. El Coordinador se sentó abatido esperando las
instrucciones, ya que sin jaula el nivel Tte.5 Sur no tenía salida para ir a
tomar los buses. Se colocó todos sus aperos, y se encaminó al sector de la
jaula para ver si ellos tenían alguna otra información, pero todos decían que
estaban a la espera de instrucciones de los jefes que estaban afuera viendo la
situación. Retornó a la oficina… sonó el teléfono, era el jefe de turno
avisándole que iban a ver la posibilidad de que los sacaran por el lado norte
en un carro con la Jefry, al Coordinador le pareció que esa idea no
fructificaría y llamó a Tte. Norte y nadie respondíó, tal parecía que ellos si
alcanzaron a salir y ya no había nadie para hacer dicha maniobra. Llamó al jefe
de turno y le avisó, y el jefe le dijo que la única solución es subir por el
pique del XC 6 emergencia a Tte. 4sur y de ahí salir en los minibuses una
vez que lleguen con el turno por el ADIT 42. Fue a hablar con la gente del ferrocarril
y personal de la jaula y a éstos no le gustaba la idea, ya que era un
pique muy largo y hace tiempo que no se subía por él, que era mejor ir al XC 55
y subir por el auxiliar a Tte. Sub 4 y de ahí por la rampa al 4, todos
asintieron y el Coordinador con su gente más la gente del ferrocarril
comenzaron a caminar rumbo al XC 55 era más menos 25 minutos de caminata
puesto que con la bomba detenida el pantanal era grande, así las cosas, había
que dar la vuelta larga. Ahí todos caminando por la línea férrea, o la cuneta,
sintiendo el aire pesado, sin los ventiladores que inyectaban aire fresco
para sacar gases y polvos del nivel. Eso hizo sentir más calor. Íbamos por el
barro y el agua en silencio, choreados con la mala suerte del turno, decían
siempre: Nos boleamos en el último turno con cagada… Al cabo de media hora de
caminata empezaron el striptease obligados por el calor. Pasados los 30 minutos
llegaron al XC 55 frente al auxiliar. El Coordinador con la espalda en la mano
sintiendo agujas en la cintura y temiendo un lumbago… cresta!! y quedaban
por subir como 80 metros de escaleras de madera. Respiró hondo, se apretó más
fuerte el cinturón con la lámpara y el auto rescatador, como para aliviar el
dolor y comenzó a subir las escaleras nuevamente después de 15 años. Los del
ferrocarril tienen práctica, la usan seguido para ir a buscar el explosivo
a Tte. 4Sur.
Como en la parada número 7 el Coordinador se detuvo a tomar aire, miro para
arriba y ni se asomaba el termino de peldaños y se le vinieron a la mente las
escaleras al cielo de Led Zeppelin…qué diferencia por la cresta!! Pero no podía
aflojar, tras suyo venían subiendo los demás, si aflojais huevón se
dijo, te van a agarrar siempre pa’ la palanca. Al terminar el ascenso
el corazón se le arrancaba del pecho y se le partía la cintura. Por suerte en
el sub 4 los esperaba una camioneta que se iba llevando de a poco a los
ganchitos al tte 4. Luego llegaron dos camionetas más, llevándose a todos al
casino a esperar la llegada del turno entrante, que nadie sabía a qué hora
sucedería así es que se acomodaron a oscuras a esperar en el casino. Pasó al
menos una hora y llegó el turno, venían los ganchitos mojados y para nada
contentos, el coordinador con su gente se desplomaron en el mini bus y comenzaron
a salir. Al llegar al Adit 42 se detuvieron para abordar un bus grande
que los llevara a Colon a bañarse y cambiarse ropa. Llovía copiosamente. Una
vez lleno el bus comenzó lentamente el descenso por lo resbaladizo del camino.
La cordillera se veía como si tuviera un enjambre de venas acuosas descendiendo
hacia el camino, un espectáculo nunca visto. Rodados. El cambio
climático, decían los ganchitos, Su presagio del último turno se hizo una
realidad. Esta vez, la llegada a casa fue a las 13:30 hrs.
Después se enteraron que cayeron 350 m/m de agua a la mina. Que las actividades
en los niveles altos estaban suspendidas y que los otros turnos también
tuvieron más problemas, para subir y bajar en esos tres días de lluvia.
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