Una gota



         La tierra se resquebrajaba y mostraba sus ondas heridas,
una visión fantasmagórica de tierras que hace un tiempo,
eran verdes, llenas de vida,
más  allá unos huesos de algunos animales que aquí pastaban,
 unas casas abandonadas, un pozo seco.
El calor bailaba de heridas en heridas…
y el polvo se elevaba feliz por kilómetros y kilómetros…
de sequedad y soledad….
 arriba en lo que fue alguna vez la blanca cordillera,
queda una gota que no ha querido fenecer…
ahí debajo de las piedras esta la última gota…
transparente, llena de vida…
Hay… sin querer salir al sol…
Para no desaparecer,
la última gota de agua quien lo iba a suponer…
abajo la tierra esperando su beso ya olvidado,
Y el hombre que fue su aliado…
empezó también a desaparecer…
La última gota…
Que no quiere asomarse al sol para no desaparecer.

Poeta minero

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