Sequía
Y el hombre miro su tierra…
Soltó unas lágrimas y cayó al suelo,
entremedio de los surcos, secos,
quebrajados, hundió su cara
y el polvo voló al cielo…
A ese cielo azul, transparente…
Donde un sol inclemente…
quemaba su cuero…
En ese silencio tiempo
que pasaba lentamente,
esperando un milagro
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